Blog NTH, Tiempo de dieta: cómo superar la primera batalla de los siete días

En cualquier plan para bajar de peso, la semana inicial es una fase crítica; se lanzó un nuevo suplemento en forma de pastilla masticable que ayuda a evitar el famoso "picoteo"

Son  las primeras 168 horas que hay superar con éxito para seguir adelante. La primera semana de una dieta es una de las etapas más desafiante donde, generalmente, sólo se piensa en cuántas horas faltan para la próxima colación, para la siguiente comida. Según los expertos en nutrición, los primeros siete días son tan difíciles de superar, entre otras razones, por la falta de visibilidad de resultados en el corto plazo y la extrema vulnerabilidad al hambre al comenzar con una alimentación diferente a la habitual, lo que se denomina como "hambre emocional" o insatisfacción post-prandial, que aparece luego de las comidas.

De acuerdo con la experiencia en el consultorio de los nutricionistas, alrededor del 30 % de los pacientes no logra superar con éxito la primera semana de una dieta. ¿Por qué? "Suele ser una etapa crítica donde, casi en forma constante y debido al cambio de conducta, sentimos hambre fuera de los horarios de comida", dice a LA NACION la doctora Rosa Labanca, ex presidenta de la Sociedad Argentina de la Obesidad y Trastornos Alimentarios. "Las situaciones de estrés crónico y esos pequeños problemas cotidianos nos generan ansiedad, y es una de las razones que nos llevan a comer inadecuadamente. Hasta que no segregamos la dopamina necesaria [hormona asociada al placer] no paramos. Es común pensar que uno se va a comer tres galletitas pero terminamos comiendo todo el paquete".

Los suplementos dietarios suelen ser una herramienta que ayuda a reducir el sobrepeso y, entre las variadas opciones, se lanzó al mercado un nuevo suplemento en forma de masticable, parecido a una golosina. Se trata del plan Lisopresol Fases, de Laboratorios Elea, y se divide en dos etapas. Para la primera, durante esos siete días críticos, el producto incluye comprimidos con extracto de la fruta de un cactus y una fibra desarrollada a partir de la goma de la acacia. "Se toma uno antes de cada comida con dos vasos de agua. La función es doble: a nivel de nuestro aparato digestivo, que ayuda a eliminar líquidos por su gran poder antioxidante, y también a nivel cerebral, porque aumenta la saciedad", explica Labanca, asesora científica de Elea.

En la segunda fase, que se extiende por otras cuatro semanas, los comprimidos incluyen extracto de garcinia, una planta originaria de África, Oceanía y Asia, y de un alga del Mar del Norte, entre otros componentes.

El nuevo suplemento se suma a una gama variada de productos que se consiguen en el país como chicles, fibras y polvos que, según sus distintos principios activos, tienen eficacia moderada para acompañar estos planes de alimentación.

Actividad física y control emocional

Para Mónica Katz, médica especialista en nutrición y autora del libro Más que un cuerpo,cómodescubrir tu verdadera belleza (Aguilar) "siempre que analizamos un fármaco de este tipo debemos centrarnos en dos aspectos: seguridad y eficacia. Por ejemplo, una dieta paleo, es decir normoproteinada, es altamente eficaz pero tiene riesgos. Los suplementos son seguros, pero para tener verdadera eficacia deben ser acompañados por un combo que incluya actividad física y una buena conducta en el manejo de las emociones. Si alguien tiene que bajar unos cinco kilos y logra hacer un cambio en su alimentación, entonces el suplemento es como una especie de coach que refuerza el tratamiento y ayuda a generar mayor saciedad".

Como dice Lucía Díaz García, especialista en nutrición y asesora del laboratorio Sidus, que opera con la marca Liposolalga, "la magia no existe, y la idea de incorporar un suplemento es muy bueno como incentivo, ya que si el paciente dio el primer paso de ver a un profesional y tiene la convicción de querer verse mejor, el fármaco ayuda según sus distintos principios activos, a tener menos hambre y, en consecuencia, reducir las porciones. Pero los suplementos no son varitas mágicas. Hay que atacar varios frentes a la vez".

Un plan alimentario a base de productos naturales, frescos, que en la primera semana -aconseja Labanca- debería incluir carnes rojas, blancas y pescado (que tienen muy buenos ácidos grasos), y a eso agregarle vegetales. Primero verdes y después el resto. "Frutas sí, pero en cantidades moderadas, yo diría no más de dos frutas pequeñas por día y algún lácteo, como un vaso de leche descremada o un yogur. Un huevo, que es pura proteína, ya sea duro o en forma de omelette", detalla la especialista.

¿Está bien contar las calorías? Tanto Katz, como Labanca y Díaz García no lo aconsejan, y sí recomiendan hacer foco en la calidad de los alimentos. "Las calorías de los macronutrientes no son todas iguales. Tampoco es lo mismo el insumo de calorías basadas en alimentos proteicos que las calorías que aportan los productos procesados".

Superada la primera semana, hay que batallar con la segunda, tan cuesta arriba como la anterior. Si el cambio de conducta fue positivo, dejar que se asiente suele demorar unos 30 días más. Los kilos de más pueden desaparecer, aunque dicen los expertos que se necesitan unas 20 semanas para elaborar un verdadero cambio en el estilo de vida. "En Estados Unidos se trabaja mucho con el tratamiento conductual, y la clínica ha demostrado que esto sucede, aproximadamente, a los cinco meses de tratamiento".

Cinco claves para cambiar la conducta

Comprar alimentos frescos como regla principal. Los alimentos naturales contienen más nutrientes.

Reducir el consumo de alimentos procesados. Si los vas a utilizar que sean en pequeñas porciones; no es bueno su exceso de azúcar o sal

Desterrar los alimentos ultraprocesados que contienen grandes cantidades de grasas, azúcares o sodio y además tienen poca fibra.

Comer con regularidad y atención. Y evitar comer solo, la compañía durante las comidas es clave, ya que favorece la conversación, la distracción y ayuda a comer más despacio

Cocinar los propios alimentos hace bien. Planificar una rutina, planear las compras, ordenar la despensa y preparar el menú de la semana hace que uno se involucre en el proceso.

Fuente: javascript:nicTemp();

https://www.nutriguia.com.uy/articulos/detalle/379#

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